El empleo de los forjados FOREL conlleva un significativo ahorro en las cantidades de hormigón
y
de
armaduras
empleadas
en
cimentaciones,
soportes
y
losas,
debido
sin
duda
a
su
menor
peso propio (30% aproximadamente en zona aligerada).
Desde
el punto
de
vista de la ejecución, el rendimientos
de
los operarios
es más que
notable
debido
a
la
fácil
manejabilidad,
colocación
y
transporte
de
las
piezas
gracias
a
su
reducido
peso.
Las características propias de estos forjados,
se traducen además
en un
conjunto
de
ventajas
adicionales, que sin duda mejoran el proceso de ejecución en obra que son:
Homogeneidad de anchura de nervios, gracias a la indeformabilidad de aligeramiento.
Monolitismo
del
hormigón,
al
no
incorporar
elementos
prefabricados
y
evitar
los
problemas de adherencia entre las distintas superficies.
Exquisita alineación de nervios, obligada por la auto alineación de bases y tapas.
Excelente
curado
del
hormigón
manteniéndose
la
relación
agua-cemento,
dada
la
mínima capacidad de absorción del poliestireno expandido.
Protección del hormigón frente a inclemencias climatológicas, dado el apantallamiento
térmico continuo.
Armado y hormigonado
Sin pérdidas de hormigón
Una vez la colocadas y ensambladas las piezas que constituyen el conjunto del Sistema, se lleva
a
cabo
la
colocación
de
la
ferralla
que
conforma
las
armaduras,
positivas,
negativas
y
de
reparto.
El
Hormigonado
de
todo
el
conjunto,
se
realiza
sin
aplicar
riego
previo,
dado
el
carácter
hidrófobo del poliestireno expandido. Se recomienda el empleo de hormigones de consistencia
blanda y tamaño de árido pequeño con el fin de favorecer el completo llenado de los moldes.
Es
necesario
por
otro
lado
el
correcto
vibrado
del
hormigón,
que
puede
comprobarse
posteriormente observando
los
orificios existentes a lo
largo de
los
nervios, una
ver
retirados
los
tableros
de
encofrado.
El
aprovechamiento
del
hormigón
vertido
es
máximo
ya
que
la
propia continuidad del sistema impide pérdidas de hormigón.
Transcurridas
72
horas,
se
podrá
recuperar, con
el
visto
bueno
de
la
dirección
facultativa, la
totalidad
de
tableros
y
parte
de
puntales
y
sopandas,
respetando
el
apeo
residual
preciso
durante los días que obliga la norma.
No existe necesidad de empleo de desencofrantes ya que no existe contacto entre el hormigón
y el entablado.